martes, 8 de marzo de 2011

Construyendo el futuro

Este post va dedicado a los que no creen en el futuro, a los que piensan que nada tiene solución, a los que desesperan de esperar. Pensad que ningún mal es eterno. El tiempo va dictando sentencia y renovando las cosas, las personas, las ideas.

Pero cuidado, al igual que los males, nuestra vida también es efímera y pasa. Sólo si somos conscientes de nuestras limitaciones temporales seremos capaces de aprovechar cada momento, de emprender nuevos retos, de ilusionarnos con cada nueva aventura, de transmitir ilusión, de ver nuevas oportunidades en cada tropiezo, de mirar al futuro cara a cara.

El texto que aparece a continuación es de uno de los discursos de Platón, donde nos cuenta cómo han ido cayendo grandes ciudades y otras empiezan a surgir sobre las cenizas de las que fueron “invencibles”. Nuestra ventaja sobre Troya, Esparta, Tebas o sobre la misma Roma es que sabemos que caeremos. Nosotros, hoy, somos esas ciudades que un día serán aniquiladas y de las que nadie se acordará. Cuando llegue ese día, sólo pido que nos pille con las murallas repletas de gozo. Brindo por ello.

                                         … Así vemos que los tiempos
cambian y cómo unos puebles cobran pujanza y otros caen;
así fue grande un día Troya en recursos y hombres,
y durante diez años pudo derramar tanta sangre,
y ahora, humilde, sólo muestra unas viejas ruinas
y, en vez de riquezas, los túmulos de sus abuelos.
Fue esclarecida Esparta, floreció la gran Micenas,
también la ciudadela de Cécrope, también la de Anfíon.
Suelo baldío de Esparta, cayó la altiva Micenas
¿Qué es la Tebas de Edipo sino un nombre? También ahora
se dice que está en auge la dardania Roma, la cual,
ribereña de las ondas del Tíber que nace en los Apeninos,
con enorme esfuerzo está colocando los cimientos de un imperio.
Esta ciudad cambia, pues, de fisonomía al crecer y un día
será la capital del inmenso orbe; así dicen, según cuentan,
los adivinos y los proféticos oráculos.

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