lunes, 21 de mayo de 2012

Yo estudié en la pública*

Sí, yo estudié en la pública, y lo mismo que ocurre con casi todos los que pasaron por estos centros, soy uno más de los que con su mala educación defienden esa Institución, la educación libre, laica, pública y gratuita, que tanto y tan bueno ha hecho por las personas más desfavorecidas. Mi caso no tiene ninguna importancia, aunque sí diré que estudié, poco, hasta que pude, en el Instituto Público Quevedo, del barrio de San Blas, y luego, ya mayorcito, Derecho en la UNED.

Mi hija mayor hizo lo propio en el Instituto Público Marqués de Suanzes y luego estudió Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid. Es una persona constante, disciplinada, responsable, que nunca ha suspendido un curso, a la que le gusta el cine y la buena música, sea del estilo que sea aunque proviene del heavy metal. Posiblemente parte de tanta responsabilidad se la hayan transmitido sus profesores.

La otra, la pequeña, ha terminado este año segundo de bachillerato y dentro de unos días se enfrenta, con una tranquilidad que me saca de quicio, a la selectividad. Tampoco ha suspendido nunca un curso. Le gusta el manga, no es nada disciplinada, ni metódica, ni estudia, ni es responsable (desde la perspectiva de mi edad), pero siempre ha estudiado en centros públicos y su nota media es de notable alto. Posiblemente parte de su controlada irresponsabilidad sea consecuencia de su educación.

Y las dos, que en nada se parecen porque cada una ha gestionado su propia libertad, han tenido la suerte de compartir aula con gente de aquí y de allá, de Ecuador, de Polonia, de Rumanía o de países asiáticos o africanos, casi al cincuenta por ciento de españoles y extranjeros. Y las dos han entendido que era normal que un chaval llegase a mitad de curso a clase, porque en los centros concertados no son admitidos, o que hubiese entre los alumnos personas de integración, porque en los concertados no dan buena imagen; y las dos han comprobado la dedicación, la entrega, la ilusión y las muchas horas que sus profesores han tenido que quitar a sus familias para dedicárselas a ellos, a los estudiantes de la escuela pública, esos funcionarios que cualquier político ignorante se permite desprestigiar, esos funcionarios que han permitido a mi hija, a costa incluso de su economía, porque me consta, visitar Francia, Inglaterra, Irlanda, Estados Unidos, Canadá o Noruega, sin más recompensa que el insulto de unos payasos que nunca sabrán lo que es trabajar de verdad por y para los demás (un recuerdo para Manuel, funcionario, maestro jubilado e impulsor de los intercambios del Instituto Público Marqués de Suanzes con centros de otros países).

No sé cómo será la escuela pública dentro de unos años, pero no deberíamos permitir que fuese peor que la actual, nuestros hijos no nos lo perdonarían. El día 22 de mayo hay convocada una huelga general y luego una manifestación por la enseñanza y contra los recortes, recortes que atacan al corazón mismo de la enseñanza pública mientras se subvenciona a la privada o se inyecta dinero para tapar los agujeros que otros inútiles van dejando. Si Rato cobra un millón de euros por salir de Bankia o le atropella un coche, me da exactamente lo mismo, aunque si me dan a elegir prefiero lo que nos salga más barato, pero que no sea a costa de nuestra educación, de la educación de nuestros hijos.

* El nombre de este post proviene del lema de una campaña en favor de la enseñanza pública  http://www.yoestudieenlapublica.org/

1 comentario:

  1. Genial!!!!! Es lo que sentimos y pensamos muchisimos pero no todos sabemos trasmitirlo TAN BIEN como tú. Felicidades...

    ResponderEliminar