jueves, 31 de mayo de 2012

Otra de obispos

Con motivo de la presentación del libro “Los doce obispos mártires del siglo XX en España”, afirma el portavoz de la Conferencia Episcopal que durante la guerra civil española hubo un plan para acabar con los obispos hasta la muerte. La cosa, sin que yo llegue a desmentirla, podría plantearse de otra manera: hubo un golpe de estado contra un gobierno legítimo y la iglesia tomó partido por el bando insurrecto, incluso alguno de sus miembros con las armas. Ante esta situación no es que hubiese una consigna contra la iglesia, sino contra los golpistas, fuesen militares, carniceros o curas. Es así de sencillo. Y tan es así, que existen religiosos fusilados por el bando nacional que la iglesia ni recuerda ni les preocupa. Estos aristócratas de la iglesia deberían inmiscuirse menos en asuntos terrenales y dedicar más tiempo y sus oraciones a la gente necesitada, como hace la mayoría de sus subordinados, curas que sí están al lado de los más desfavorecidos. Es normal, tanto oro y tanto boato los deslumbra. En el caso que le preocupa a Martínez Camino, la guerra civil, no se puede ser parte del golpe de estado y luego quejarse porque son perseguidos; esto es hacer trampa y querer salir al menos con el empate antes de empezar el partido, que es a lo que están acostumbrados. El asunto de la participación de la iglesia en la guerra y la posguerra es un tema menor y lo despacha diciendo que se pudieron cometer algunos pecados. Esto no merece ningún comentario porque seria ofensivo y yo, aunque ateo, espero alcanzar un día el Cielo.

Pero es que además, Martínez Camino, el portavoz y autor del libro (48 eurazos la pieza), dice que desde la época de los romanos no había habido mártires en España hasta la guerra civil. Esta afirmación confirma que la iglesia ha tenido un trato privilegiado y mucho más condescendiente del que ellos han proporcionado al resto de la población, creyente o no. Posiblemente, será muy difícil recordar un solo siglo en el que la iglesia no haya participado por acción u omisión en guerras, asesinatos o conspiraciones, siendo responsables directos de tantas muertes que si fuesen suyas las víctimas, el santoral necesitaría todas las estanterías de la Conferencia Episcopal

Basta ya de jugar con los sentimientos de los demás y vender la imagen de únicas víctimas de la historia. La iglesia debería dejar de mirarse el ombligo y pasarse los próximos mil años pidiendo perdón por sus pecados, mostrar más modestia y menos soberbia de lo que muestra. El consuelo que les queda a algunos creyentes es que estos altos cargos de la institución, si es verdad todo lo que dice su doctrina, nunca entraran en el Reino de los Cielos.


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