jueves, 3 de noviembre de 2011

Más vaselina, por favor

Lo siento, ya sé lo que dije ayer mismo pero es que no me puedo resistir. A raíz del revuelo que se ha armado con la idea de Papandreu sobre la convocatoria de un referéndum para que los griegos decidan sobre el plan de rescate impuesto por alemanes y franceses, que guste o no guste son los que mandan y deciden, se han alzado voces criticando esta opción alegando que los políticos tienen que asumir sus responsabilidades y que es una decisión demasiado compleja para que los ciudadanos puedan opinar con conocimiento suficiente.

Sobre lo primero, sólo decir que es una solemne tontería. Los políticos tienen que tomar decisiones en el ámbito de sus competencias pensando en lo mejor para sus ciudadanos, pero cuando lo que vas a hacer es bajarles el sueldo, hipotecar su vida, la de sus hijos y la de sus nietos, y condenarlos a la miseria más absoluta, lo normal es preguntarles al menos si prefieren que les den a pelo o con algo de vaselina. Lo que han impuesto a Grecia es algo que trasciende a las competencias de los políticos, porque lo que se está dilucidando es el futuro de un país, el modelo económico y social de los próximos lustros, y eso, salvo error por mi parte, no estaba en el contrato cuando fueron elegidos. Aunque no se va a llegar a producir el referéndum, me parece perfecta la propuesta y que sean los propios griegos los que decidan si prefieren que les den en la cama o contra la tapia, ¡qué menos!

Y sobre lo segundo, eso de que son cuestiones demasiado complejas para preguntar en un referéndum, me parece que es otorgar demasiado crédito a nuestros dirigentes. Pretender que la mayoría de los políticos europeos tienen más capacidad que el común de los mortales, es colocarles en una posición que no les corresponde. Otra cosa es que tengan más información y, en base a ella, ellos mismo se unten la vaselina correspondiente para ir tragando lo que les han ido poniendo delante, pero en ningún caso es una cuestión de complejidad sino de lealtad con sus votantes, a los que tenían que haber dicho la verdad hace ya mucho tiempo para compartir y entender mejor las cosas. Ganar unas elecciones lo más que puede dar es suerte para que te toque la lotería en varias ocasiones, como a Fabra, o que encuentres gangas inmobiliarias que no encuentran otros, pero no te hace más inteligente (no confundir con listo). Lo contrario, pensar que hay temas demasiado complejos para que la gente los entienda, es además creer muy poco en la soberanía popular y en su propia capacidad didáctica. Eso o que llevan tanto tiempo con la cara en al almohada que ya empiezan a “entender” y prefieren no compartirlo ciertas cosas con nadie.

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