sábado, 26 de noviembre de 2011

Letra pequeña

Si hay algo en lo que la mayoría nos podríamos poner de acuerdo es el odio a la letra pequeña de los contratos, esa que en la mayoría de los casos no logramos identificar y que a todos nos parece una simple línea porque no hay ojo humano que vea otra cosa; la que nos dice que no nos van a facilitar el servicio técnico, que vamos a tener que pagar más intereses de los que nos ha prometido el director del banco, que si protestamos no tendremos derecho a nada,… la que sólo es posible ver cuando vamos al establecimiento a hacer una reclamación y el empleado de turno, muy atento él, nos acerca una potente lupa para mostrarnos con una mano la letra pequeña y con la otra la puerta para que nos marchemos.

Para evitar estos engorros, la Generalitat de Cataluña publicó el 29 de septiembre de 2003 una Orden por la que se establecía que el tipo de letra de determinados contratos no podría ser nunca inferior a 1,5 milímetros, e incluso recogía una fórmula para que la luminosidad de esa letra pequeña no se viese difuminada y perdida con el fondo del papel. Loable empresa la de la Generalitat, sí señor.

Ahora, en vista de que no se puede poner letra pequeña en los contratos, y la propaganda electoral podría considerarse así, algunos han decidido utilizar otro método tan antiguo como ese: la letra invisible. Convergencia i Unió lo ha puesta en práctica con notable éxito, y se está sacando de la manga medidas que ya sabían que iban a tomar y que nadie había visto por ningún sitio en el programa con el que se presentó a las elecciones. Sí, el mismo grupo que aprobó la Orden exigiendo transparencia a las empresas se salta a la torera el espíritu de lo que pretendía, ocultando sus intenciones para sacar réditos por la cara. Y eso, se le ponga el nombre que se le ponga, es una estafa al electorado. Engañan como a idiotas a los votantes y se mosquean cuando alguien les dice que no les representan. Confunden la política, en la que creo y respeto, por el todo vale por un puñado de votos y hago lo que me da la gana para ganar. La verdad, hay trileros que me merecen más respeto que algunos políticos.

Y no perdamos de vista al PP que, salvo Mariano Rajoy y su barba, nadie ha podido saber, y dudo que él mismo sepa algo, qué es lo que esconde la letra invisible de su programa.

Creo que no se dan cuenta de que con estas prácticas están jugando con fuego y acabando con “su” gallina de los huevos de oro. Las elecciones no son una carta en blanco, como ellos pretenden, para que durante cuatro años hagan y deshagan a su antojo, restregándonos luego que con el voto emitido perdemos legitimidad para protestar. La gente normal y corriente, especie desconocida para ellos, tiene memoria y puede llegar a pensar en algún momento que este sistema no les gusta y que se debería cambiar. Las bases de todo esto las están poniendo los que mienten u ocultan sys verdaderas intenciones.

Pero como la cosa va de contratos y el artículo 5 de la Ley 7/1998, sobre condiciones generales de contratación dice “No podrá entenderse que ha habido aceptación de la incorporación de las condiciones generales al contrato cuando el predisponente no haya informado expresamente al adherente acerca de su existencia y no le haya facilitado un ejemplar de las mismas”, sugiero a los catalanes que se acojan a esta norma y consideren que los recortes que está llevando a cabo su gobierno son ilegales porque había información oculta de forma malintencionada en el programa con el que ganó las elecciones, y eso, como en cualquier práctica comercial, anula lo que no estaba visible.

Y lo propio habrá que hacer cuando el Sr. Rajoy despierte y diga algo coherente más allá de lo que Dios mande.

Y si no había bastante con lo anterior, la guinda la pone el PSOE con el indulto de Alfredo Sáenz, Consejero Delegado del Banco de Santander. Todavía sigo restregándome los ojos con esta medida de gracia. Y todo, amén del pago de algún favor u orden recibida, para que pueda seguir cobrando sus aproximadamente diez millones de euros al año. Claro, mejor ahora que en Semana Santa, porque entonces la tradición dice que tendría que llevar a hombros a un Cristo como penitente y no le veo muy en forma, a pesar de esas espaldas tan anchas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario