Al parecer, el conflicto que mantienen el ejército y las milicias rebeldes de Somalia impide que los alimentos enviados a ese país lleguen a su destino, en unos casos porque no se pueden atravesar las zonas en conflicto y en otros porque entre unos y otros hacen que la mercancía desaparezca. Y mientras esto sucede miles de personas mueren cada día de hambre porque no tienen nada que echarse a la boca.
Es difícil de imaginar, y mucha más justificar, una situación como ésta, donde los ejércitos de los países más ricos están desplegados en medio mundo, y que no haya nadie para proteger a estas famélicas personas que pueden ser fácilmente salvadas con un puñado de arroz.