viernes, 26 de octubre de 2012

Por encima de nuestras posibilidades

Hoy la prensa ha vuelto a la carga sobre la original familia Urdangarín-Borbón. Esta familia, prototipo y ejemplo de familia emprendedora, como necesitaba un sitio donde repartirse carantoñas (los dos), hablar con distintas personalidades para supuestamente desviar fondos públicos (él) y firmar actas (ella) con la tranquilidad suficiente para no saber lo que se firmaba, se fueron al banco y pidieron un crédito de casi cuatro millones de euros. Como la casa costaba más de cinco kilos, al llegar al banco, don Iñaki, en un acto de chulería patria, sacó del bolsillo su nómina, que entonces era de tres mil euros mensuales, y dijo “venga la pasta”. Por supuesto el banco concedió el préstamo y exigió a la pareja la devolución de algo más de cincuenta mil euros al trimestre para la cancelación del crédito. Como soy de letras y de números no sé, dejo al buen criterio del lector la decisión de si las cuentas cuadran o no.

Cambiando de pareja, y sin que sean comparables, Dios me libre, estos días se está celebrando un juicio (otro) contra Julián Muñoz y la Pantoja. Lo que se está dilucidando es el posible blanqueo de capitales de millones de euros que unos desalmados, amparados por sus cargos y sus pocos escrúpulos, robaron del Ayuntamiento de Marbella y dejaron a la ciudad en la ruina. Alguno de los personajes implicados llegó a decir que el dinero salía del ayuntamiento en bolsas de basura llenas de billetes. Ahora esos personajes se desdicen y achacan sus fortunas al sudor de su frente, confundiendo ese frontal y lo que en él les crece con la enorme jeta que atesoran.

Y hoy, no sé por qué, también me viene a la cabeza la generosidad de ese ilustre presidente de la Diputación de Castellón, que hizo todo un aeropuerto sin aviones para que pasearan sus conciudadanos. Sin duda, un ejemplo de generosidad. Porque generoso es, o se le supone, que es muy posible que una buena parte de los premios de lotería que todos los años le tocaba (misterios de la vida) fueran a parar a los menos favorecidos o a los parados (los mismos a los que se refería su hija con su “que se jodan”).

Y siguiendo con la mezcla de familias y de temas, me ha venido a la cabeza eso que tanto repiten desde el gobierno de que hemos vivido por encima de nuestra posibilidades. Supongo que para mantener esta afirmación se basarán en los datos que les haya facilitado el Instituto Nacional de Estadística, que es un órgano serio que hace amplias muestras sobre comportamientos y costumbres. Aunque tampoco descarto que por algún despiste el gobierno esté utilizando sólo la muestra de nuestras familias más lustrosas y cualificadas de nuestro panorama emprendedor, intelectual y altruista y al sacar la media se les haya ido al garete la muestra.

¿Que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades? No lo sé, pero por respeto a la gente normal que se levanta cada mañana con la intención de llevar algo de comer a casa, el INE debería hacer muestras separadas o eliminar de sus estadísticas a determinadas personas. Así no nos sentiríamos ofendidos cuando nos achacan los comportamientos de otros.

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