El domingo se celebraron
las elecciones en el País Vasco y Galicia y nadie se atrevió a
salirse del guión previamente marcado: en Galicia ganó el PP y en
el País Vasco los partidos nacionalistas barrieron a los otros nacionalistas autollamados constitucionalistas.
Lo curioso de este
invento que son las elecciones es la lectura que cada uno hace de sus
resultados. (Y cuando no hay más lectura que la del desastre, como
le ha ocurrido al PSOE, se dejan las cosas correr esperando mejor
ocasión.) En este sentido me ha llamado la atención las
declaraciones de la Cospedal cuando afirma que los resultados en
Galicia suponen un apoyo a nivel nacional a las políticas de su jefe
(o de las políticas de los jefes de su jefe). Claro, se queda con
una pequeña parte de los resultados, porque lo cierto es que, además
de ganar el PP en Galicia, 3 de cada 4 gallegos con derecho a voto no
han votado al PP, lo que no parece mucho apoyo a sus políticas. Pero
claro, esto no se cuenta. La Cospe, como buena abogada que es, debió
estudiar a los sofistas y es capaz de defender una idea y al mismo
tiempo la contraria, dependiendo del cliente, lo que hoy vale en Galicia no vale en otras
Comunidades Autónomas.
Y sobre el PSOE no me
atrevo a decir nada porque nada dicen ellos de sí mismos. Bueno sí,
han dicho que están pagando no sé qué de la gestión de Zapatero.
Ahora resulta que el PP y el PSOE se van a unir contra el anterior
presidente para expiar sus males (traducción: incompetencia). El
batacazo que se han pegado nada tiene de extraño si nos fijamos en
la oposición que están haciendo, parece que se avergüenzan de su
pasado y no se atreven a levantar la voz para que nadie les diga “y
tu más”, único argumento de los actuales para el que no tienen
respuesta los anteriores. Si siguen así, pronto les vemos pidiendo
el cambio de la ley electoral, esa que tanto perjudica a los partidos
pequeños y tanto beneficia a los grandes; será la señal de que han
abandonado el vagón de cabeza para situarse al nivel de la mayoría
de sus dirigentes, en los vagones de cola, será la señal de que han
entrado en esa lista de partidos abocados a ejercer de bisagra y que
solo con alguna carambola, y siempre en unión de otros, podrá
gobernar. En fin, en sus manos está seguir por la pendiente o frenar
la caída y empezar a escalar, aunque la cima ya les queda muy arriba
y a Rubalcaba le va a costar mucho llegar a ella. Parece que para
este menester se hace necesario alguien con la mochila menos
cargada de historia.
Sobre el resto de los
resultados, todo según lo previsto. Habrá que ver cómo se gestiona
la nueva situación en el País Vasco y dar una oportunidad a EH
Bildu para ver si tantos años fuera de la Ley no le pasa factura.
El ejercicio de la libertad y el respeto al contrario es algo que hay
que mamar para poder aceptarlos y ejercerlos. Espero que su fase de
adaptación sea corta y tanto sus rivales como ellos mismos puedan
discrepar desde el respeto. La Ley les ha dicho que pueden estar en
las elecciones y los ciudadanos han votado. Nada que objetar.
Y para terminar, mi más
sincera felicitación a los votantes gallegos por mandar a la mierda
(perdón) a Mario Conde. Lo increíble, y esto dice mucho de nuestro
sistema, es que delincuentes como este, que han robado a manos llenas
y nunca han devuelto el dinero, se permitan el lujo de presentarse a
unas elecciones aunque no saquen votos ni para ser presidentes de su
comunidad.
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