Es increíble
cómo un partido que no tiene más programa que oponerse a todos para que la
ciudadanía vea que se parece a ellos, esté disputando los primeros puestos en
las preferencias de los votantes. Como igual de increíble es que el PP, que
tiene a una buena parte de sus dirigentes durmiendo a las puertas de los
juzgados o de los centros penitencias porque ya no les da para tanto taxi, siga
gobernando este país apoyados por los primeros. No salgo de mi asombro. Pero no
es lo peor, lo que ya no tiene nombre es que, con el panorama descrito, la
izquierda de este país siga desaparecida ¿Qué nos está pasando, estamos
adormecidos, idiotizados, hemos sucumbido al canto de sirenas del liberalismo
más salvaje? La izquierda tiene que salir de su letargo y reconocer y enfrentar
a su enemigo, que no es solo la derecha, es también ella misma, con unos
órganos más pendientes de su destino que de aquellos a los que sirven. En el
PSOE hace ya mucho que algunos de sus más influyentes dirigentes probaron el
néctar del poder y del IBEX y decidieron que si había que cambiar el mundo
sería sin ellos; mientras, en Podemos, hay quien todavía no se ha bajado de la
cubierta del acorazado Potenkin, viviendo en una realidad paralela, y otros,
los que han saltado a tierra, han caído directamente en las alfombras mullidas
y calientes de las instituciones, con el peligro que ello conlleva.
“Dónde estabas entonces cuando tanto te
necesité” dice la canción de El Último de la Fila. Los niños que no comen como
debieran, las mujeres que sufren la desigualdad, los trabajadores que solo
tienen trabajos precarios, los parados de larga duración sin ninguna prestación, la burla de una ley de memoria histórica que no se aplica, la sanidad que se desangra, la educación pública que
cada día está más endémica, no pueden esperar. ¿Dónde estáis? Es ahora cuando
se os necesita. Si con este panorama la izquierda no es capaz de desbancar a la derecha es que algo no se está haciendo bien, o sencillamente que sus líderes no están a la altura.
Si hoy hubiese elecciones saldría a votar, como siempre he hecho, porque tengo claro quién es mi enemigo; el problema es que cada día tengo menos claro quién es mi amigo.
El título de la canción es "Insurrección".
Si hoy hubiese elecciones saldría a votar, como siempre he hecho, porque tengo claro quién es mi enemigo; el problema es que cada día tengo menos claro quién es mi amigo.
El título de la canción es "Insurrección".
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