Todo
apuntaba a que sería una boda divertida. Los dioses asistían al enlace entre Tetis,
la que luego sería madre de Aquiles, y el mortal Peleo. Quirón les había cedido
su casa y la ceremonia transcurría con gran solemnidad. Tras los protocolarios
regalos (entre los que estaban los caballos Balio y Janto, que Aquiles llevará
luego a Troya o la lanza hecha por Atenea y Hefesto que hará invencible a Peleo
y luego a Aquiles) aparece Eris, diosa de la Discordia, quien no había sido
invitada a la boda y estaba algo mosqueada por eso. Al entrar en la casa, lanza
una manzana que algunos dicen que era de
oro y se podía leer “Para la más hermosa”, otros que sólo era una manzana, sin
más, y otros (Ovidio u Homero) que no mencionan manzana alguna. El caso es que,
a pesar de que entre los invitados había gente muy guapa, como las nereidas,
nadie se atrevió a
Brindo, dijo un lenguaraz,
por moros y por cristianos,
yo brindo por lo que venga
la cosa es brindar por algo
Nicanor Parra
martes, 29 de diciembre de 2015
La manzana de la discordia y sus consecuencias
Las bodas de
Tetis y Peleo. Jacob Jordaens (1636-1638). Museo del Prado
sábado, 26 de diciembre de 2015
Epicuro: guía para la felicidad
En estas
fechas en las que los excesos y la religión forman parte de nuestra rutina,
puede ser oportuno recordar a un personaje que tuvo la virtud de conjugar placer, moderación y, pese a la época, cierto escepticismo
religioso. Hablamos de Epicuro, filósofo griego del s. IV antes de la era cristiana,
al que algunos le atribuyen la creación del pensamiento hedonista (“doctrina
del placer”, más o menos).
Su filosofía
no era teórica, sino práctica. Creó la escuela llamada “El Jardín”, en la que
se admitía a mujeres y a personas sin recursos, incluso a esclavos, algo que sorprendió
a sus vecinos y por lo que sufrió no pocas críticas. Y para dar ejemplo, allí
mismo se retiró con sus amigos, con los que vivió y discutió hasta su muerte.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Fragmento de "Bodas de sangre"
De “Bodas de
sangre”, Federico García Lorca
Novia (a su
amante):
¡Ay que sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba.
He dejado a un hombre duro
y a toda su descendencia
en la mitad de la boda
y con la corona puesta.
Para ti será el castigo
y no quiero que lo sea.
Déjame sola! ¡Huye tú!
No hay nadie que te defienda.
(La película “La novia”, altamente recomendable)
martes, 22 de diciembre de 2015
El voto útil
Aunque
parecía que nunca iba a llegar, ya estamos en el día después. Las elecciones se
celebraron y lo que toca es reflexionar sobre los buenos resultados. Por una
parte, el PP es el partido más votado, lo que para ellos es una buena noticia
si no tenemos en cuenta que han perdido casi sesenta escaños; el PSOE se
mantiene como segunda fuerza y, si no fuera por su mala cabeza y la de otros, podría
hasta gobernar, lo que le da un respiro a su líder si no fuera porque ha cosechado el peor resultado de su
historia; Podemos ha pasado de no existir a ser la tercera fuerza, por lo que
tienen motivos más que suficientes para estar contentos, si no fuera porque el sorpasso
y el asalto a los cielos tendrá que
esperar a mejor ocasión; Ciudadanos ha pasado de ser un partido muy localizado
en Cataluña a tener una amplia representación en el parlamento nacional, lo que
supone un motivo de alegría si no fuera porque hace un mes salían a por el
primer puesto y ahora se tienen que conformar con el cuarto. Como siempre,
todos tienen motivos para estar contentos de sus éxitos y sus adversarios
motivos para cuestionarlos. Nada nuevo.
jueves, 17 de diciembre de 2015
Filemón y Baucis
Cuenta la mitología clásica que Zeus y Hermes decidieron un día
comprobar la generosidad de su rebaño. Descendieron del Olimpo y, disfrazados
de ancianos pobres, fueron llamando a las puertas de las casas pidiendo pan y
cobijo; todos les negaron la entrada, hasta que llegaron a casa de Filemón y
Baucis, posiblemente el matrimonio más pobre del lugar, que no solo les abrió
sus puertas, sino que pusieron sobre la mesa lo poco que tenían en su escasa
despensa.
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