Cuando estaba preparando estas nuevas
primeras notas, pensaba en pedir perdón por el tiempo de ausencia, y
ahora, cuando empiezo a escribir, me parece que pedir perdón sería
un acto de imperdonable soberbia. Perdón, ahora sí, por ese inicial
pensamiento.
Para este nuevo comienzo os dejo una
poesía de Nicanor Parra, autor que dio origen al título de este
blog y que de vez en cuando me acompaña antes de dormir.
Último brindis
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.
Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.
Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el día de mañana.
Y ni siquiera dos
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó...
como la juventud.
En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario