Pues sí, mucho
criticarán a Camps por su entrevista en Telva, pero yo estoy muy
agradecido a sus comentarios. Que un personaje con su historial salga
diciendo lo que dice, es para ponerle un monumento, porque no es
fácil que en estos tiempos tan difíciles alguien se atreva a
alegrarnos el día aunque sea a base de decir gilipolleces (quería
poner otra cosa, pero esto es lo que mejor encaja, lo siento). No sé
si es un egocéntrico, un narcisista, un imbécil al que se le ha ido
la olla o una mezcla de las tres cosas, porque si hay alguien que
puede con todo es el que aparece en la entrevista.
No dudo de que, como dice
él mismo, esté preparado para gobernar España, que todo el mundo
le quiere y que es el mejor, lo que dudo es de que lo estemos los
españoles para aguantarle, y no porque él no sea capaz de
convencernos, sino porque no podremos estar nunca a su altura. Es un
ser tocado con la gracia de la divinidad al que nunca comprenderemos,
nunca entenderemos sus métodos, nunca sabremos conjugar el hecho de
que haya sido el presidente más austero (lo dice él) y al mismo
tiempo haya arruinado a su Comunidad, nunca entenderemos cómo a
pesar de pretender ser tan campechano en realidad sea tan pijo. Es lo
que tenemos los mortales, que nunca entendemos nada, y a lo más que
podemos aspirar es a rendir tributo a estos seres supremos que están
en las alturas. Zeus tuvo dos momentos en los que peligró su
reinado, uno fue cuando los gigantes quisieron conquistar el Olimpo y
se vio obligado a pedir ayuda a Hércules, y otro cuando peleó con
Tifón y, tras ser derrotado, tuvo que ayudarle Hermes. Y como no hay
dos sin tres, aquí está el inigualable, el inimitable, el
incorruptible, el insobornable Francisco Camps para atacar nuevamente
el cielo, que la tierra se le queda pequeña. Y si todo va bien le
acompañará el Bigotes, sustituyendo a Ganimedes como copero del
nuevo Dios.
Por favor, que los
psiquiatras hagan pronto su trabajo o tendremos una nueva entrega de
la Guerra de las Galaxias, con Camps en el papel de Lord Vader a la
conquista del universo, porque aunque parezca una tontería, al
final, hay personajes que se meten tanto en su papel que terminan
creyéndose que son el payaso que representan. La historia está
llena de lamentables ejemplos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario