miércoles, 21 de marzo de 2012

Camps al diván, por favor

Pues sí, mucho criticarán a Camps por su entrevista en Telva, pero yo estoy muy agradecido a sus comentarios. Que un personaje con su historial salga diciendo lo que dice, es para ponerle un monumento, porque no es fácil que en estos tiempos tan difíciles alguien se atreva a alegrarnos el día aunque sea a base de decir gilipolleces (quería poner otra cosa, pero esto es lo que mejor encaja, lo siento). No sé si es un egocéntrico, un narcisista, un imbécil al que se le ha ido la olla o una mezcla de las tres cosas, porque si hay alguien que puede con todo es el que aparece en la entrevista.

No dudo de que, como dice él mismo, esté preparado para gobernar España, que todo el mundo le quiere y que es el mejor, lo que dudo es de que lo estemos los españoles para aguantarle, y no porque él no sea capaz de convencernos, sino porque no podremos estar nunca a su altura. Es un ser tocado con la gracia de la divinidad al que nunca comprenderemos, nunca entenderemos sus métodos, nunca sabremos conjugar el hecho de que haya sido el presidente más austero (lo dice él) y al mismo tiempo haya arruinado a su Comunidad, nunca entenderemos cómo a pesar de pretender ser tan campechano en realidad sea tan pijo. Es lo que tenemos los mortales, que nunca entendemos nada, y a lo más que podemos aspirar es a rendir tributo a estos seres supremos que están en las alturas. Zeus tuvo dos momentos en los que peligró su reinado, uno fue cuando los gigantes quisieron conquistar el Olimpo y se vio obligado a pedir ayuda a Hércules, y otro cuando peleó con Tifón y, tras ser derrotado, tuvo que ayudarle Hermes. Y como no hay dos sin tres, aquí está el inigualable, el inimitable, el incorruptible, el insobornable Francisco Camps para atacar nuevamente el cielo, que la tierra se le queda pequeña. Y si todo va bien le acompañará el Bigotes, sustituyendo a Ganimedes como copero del nuevo Dios.

Por favor, que los psiquiatras hagan pronto su trabajo o tendremos una nueva entrega de la Guerra de las Galaxias, con Camps en el papel de Lord Vader a la conquista del universo, porque aunque parezca una tontería, al final, hay personajes que se meten tanto en su papel que terminan creyéndose que son el payaso que representan. La historia está llena de lamentables ejemplos.

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