jueves, 14 de abril de 2011

Listas electorales transparentes. Una propuesta

Sí, hoy voy a ser constructivo e intentaré aportar alguna idea para que las listas electorales tengan el adecuado consenso. A ver si evitamos eso de estar continuamente criticando todos los nombres porque no alcanzan el nivel adecuado, o porque no los conocemos, o porque pensamos que están ahí por ser amigos de quien sea. Porque en el fondo, el problema es que no somos conscientes del trabajo que supone la elaboración de esas listas y de los obstáculos que hay que sortear para dar gusto a todos los que llaman a los diferentes comités para incluir a un amigo o dejar fuera a un enemigo.

La propuesta, que se podría llevar a cabo de forma experimental en algunos sitios especialmente sensibles, es muy sencilla, y se trata de objetivizar los méritos de los candidatos mediante una puntuación previamente determinada: cuantos más puntos tengan más arriba de la lista estarán. Todo limpio y transparente. La verdad es que no sé si los partidos utilizan ya este método porque el resultado de las actuales listas se parece mucho al que saldría con mi propuesta; si es el que ya están utilizando para determinados lugares, pido disculpas por no haberlo contrastado antes.

Para saber quienes son los candidatos más populares (que nadie vea segundas intenciones, me refiero a popularidad) y hayan hecho más méritos, propongo la siguiente lista, como ejemplo:

Por salir en la prensa local como imputado o “presunto” en algún caso de corrupción
1 punto
Por salir en la prensa nacional como imputado o “presunto” en algún caso de corrupción
2 puntos
Por haber favorecido los negocios particulares de algún pariente
1 punto
Por cada cien mil euros que haya aumentado el patrimonio familiar durante el anterior cargo
1 puntos
Por cada causa abierta habiendo sido posteriormente absuelto (que tiene su mérito)
2 puntos
Por cada causa abierta habiendo prescrito el delito (que también hay que hacer muchos malabares)
1 puntos
Por cada amigo o pariente colocado al servicio de la administración pública
1 punto
Por cada obra acometida con cargo al erario público y que luego haya resultado inservible o no puesta a disposición de los ciudadanos
2 puntos
Por haber duplicado el presupuesto inicial para la realización de una obra pública
2 puntos
Por cada defensa pública que se haga de un imputado de su partido
1 punto
Por cada ataque público que se haga a un contrario por los mismos motivos por los que antes se defendió al de su partido
2 puntos
(…)


La lista no trata de ser exhaustiva y cerrada, posiblemente en cada Ayuntamiento o Comunidad, que es en las elecciones en las que estoy pensando ahora mismo, se podrá adaptar en función de las características propias de cada lugar, porque no es lo mismo, la Comunidad valenciana, que la andaluza, que la madrileña, que cada casa tiene sus propios protagonistas y sus maneras de hacer las cosas, y hay que dar libertad para que todo el mundo se sienta cómodo.

Como puede apreciarse, en la mayoría de los casos mencionados hay que haber estado previamente en el cargo para ser acreedor de algún punto. Esto, que puede parecer discriminar a esas personas que emergen en todos los partidos con ganas de hacer las cosas “bien”, es simplemente para garantizar que en los primeros puestos van los más capaces y profesionales, sin olvidar los derechos adquiridos, que tampoco es cuestión de tirar por la borda tantos años de entrega. Estamos en una época en la que no podemos permitirnos el lujo de que vengan aficionados para hacer lo que no deben; la capacidad de sacrificio de todos y cada uno de los integrantes de las listas debe de estar asegurada, y de ahí la propuesta para que todos puedan alegar sus méritos.

Aunque no es muy probable, es posible que al final quede algún puesto vacante, y ahí es donde los nuevos valores se podrán ir forjando para poder ascender en el escalafón de cara a futuros comicios. Ellos son el futuro y no hay que negarles la posibilidad de que vayan haciendo sus pinitos.

En fin, que puestos a tragar como tragamos, es mejor saber que el que se lo lleva es alguien que lo va a hacer de forma limpia, y no un chapuzas que, encima, va a romper el arcón.

Como puede verse, todo limpio y transparente.

Brindo por los mejores.

1 comentario:

  1. Somatizar: Convertir inconscientemente un trastorno psíquico en una dolencia física.

    La sociedad está enferma. Hemos somatizado inconscientemente los trastornos psíquicos de los políticos. Cuando se pierde la razón y no existen argumentos se lucha por delirios a muerte para defender privilegios. Políticos delirantes, sociedades en la UVI. Y lo malo es que la mayoría de sus ciudadanos justifican esas conductas que mencionas bajo un síndrome mediático de Estocolmo. Y si alguno acude al médico, Hospital de La Justicia, diagnostican que no existe infección bacteriana, ni se muestran fracturas de sus ideas en las radiografías. ¿Será el virus de la democracia? ¿Para cuándo una reacción nuestra, del pueblo?

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