Cada tarde sale de su casa para dirigirse al trabajo, justo
cuando la mayoría de las personas vuelven, y regresa con las primeras luces del
alba. Trabajar por la noche y dormir por el día es duro, pero ya está
acostumbrada, y le gusta ver a los trasnochadores, a los noctámbulos, a los que
como ella salen cada día a ganarse la vida, todos le hacen compañía y a casi todos los
conoce por su nombre o por sus rutinas. Cuando acaba la jornada, agotada, vuelve a casa, aunque
algunos días se demora para curiosear y ver lo que hacen las personas a las que
vela por la noche. Es por eso que algunas mañana, bien entrado el día, podemos
ver la luna mientas nos espía.
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