miércoles, 4 de abril de 2012

Presupuestos para la miseria

Ya se sabe que la macroeconomía es algo que no está al alcance de cualquiera. Al menos mi mente no llega para tanto número. Supongo que por eso los Presupuestos Generales del Estado fueron presentados primero a Alemania y a Bruselas y luego, cuando los entendidos dijeron que estaban bien y dieron su aprobación, Rajoy los llevó al Parlamento español. Que nadie piense que el orden de los factores altera el producto, no, lo que ocurre es que había que asegurarse que la traducción al español de los Presupuestos era la correcta Pero bueno, lo importante es que nos los han aprobado (faltaría más) y ahora sólo queda ponerles el sello del Congreso y del Senado, un paseo.

El caso es que, a pesar de tanto número, hay gente que ha conseguido aclararse y ha podido descifrar que la inversión en I+D, en educación y en cultura, además de en otras muchas cosas, desaparece, o lo que es lo mismo, desaparece el futuro y nos condenan a la miseria intelectual más profunda. Y si a esto le sumamos que España ya ha sido puesta en venta y que una parte ya se la ha adjudicado un tal Sheldon Adelson para poner un casino a cambio de los plátanos que nos va a dar para comer para que hagamos el mono cuando se aburra, el círculo ya está cerrado. Ahora sí que vamos a ser modernos y nos vamos a poner a la altura de los mejores zoos del mundo. Ya me imagino dentro de muy poco a los turistas viajando a ese país exótico que en otro tiempo se llamó España donde por unas propinas nos desviviremos por llevarles las maletas o peleándonos por los caramelos que nos tiren. Qué futuro tan esperanzador nos está preparando Rajoy, que mente tan preclara la suya. Llevaba varios años criticando la gestión del anterior presidente, diciendo que tenía la solución, y esto es lo que se saca de la chistera: nada, que es justo lo que va a dejar.

Acaban de pasar los cien días de gobierno y Rajoy ya ha demostrado que no era la alternativa sino que es el problema; tanto tiempo despotricando sobre lo mal que lo hacían los anteriores y en solo cien días se ha cargado todo el patrimonio social que logró acumular este país, que era mucho, y ha arruinado las esperanzas de millones de personas. Menuda solución. Pero eso sí, la culpa es de la herencia porque él no sabía nada cuando decía que esta crisis la resolvía en dos patadas. Sabia a lo que venía, sabía lo que había y, lo que es peor, hay quien piensa que esto es lo que quería. Ya está bien de esconder sus vergüenzas y culpar a los mercados de lo que sólo ellos son deudores. Están jugando al poli bueno y al poli malo, porque mercado y neo liberalismo son parientes tan cercanos que no pueden vivir el uno sin el otro; son los mismos que se han asociado para montar este zoo en el que vamos a vivir para que los demás se diviertan echándonos cacahuetes.

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