lunes, 30 de diciembre de 2013

Deseos de Navidad

Hoy he querido hacer un ejercicio muy sencillo sobre los mensajes que he recibido sobre la Navidad y confieso que después de varios intentos he fracasado. Este virus de “los buenos deseos” casi empieza a propagarse con el final del verano y no hay manera de curar sus secuelas hasta que, de golpe, nos encontramos con la cartera vacía, unos kilos de más y una resaca que dura hasta el final de enero. Pero bueno, aunque no sé si es políticamente correcto reconocerlo, tengo que decir que me hace mucha ilusión que la gente esté animada, salga a la calle para demostrarlo y comparta con los demás su alegría y buenas intenciones, como un viejo rescoldo de nuestro pasado humano.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Para reflexionar

Desde hace algún tiempo me rondaba la idea de volver a abrir este blog. Motivos nunca han faltado. Cuando lo cerré pensaba que me estaba desviando hacia una permanente crítica que me producía malestar y no me aportaba ni una pizca de bienestar. Han pasado unos meses y, la verdad, durante este tiempo el malestar ha seguido creciendo, por lo que entiendo que la causa no estaba en mis comentarios, sino en quienes los provocaban.

Lo cierto es que, al margen de otras razones, dos han sido los motivos que me han hecho volver en estos momentos: por un lado el vídeo que me envió una amiga al que acompañaba el comentario “para reflexionar”. No sé qué me pasó por la cabeza, pero inmediatamente pensé en lo bien que le viene a los ladrones de ilusiones que sigamos reflexionando, en casa, eso sí, y sin hacer ruido. Llevamos tanto tiempo reflexionando que no llegamos a entender que si no ponemos en práctica la teoría llegaremos a ser tan sabios como inútiles. Nos creemos filósofos, pensando que el producto de nuestros pensamientos cambiará el mundo, cuando en realidad somos esclavos de una pasividad y un conformismo que justificamos con nuestras grandes e inútiles reflexiones de barra y café.