Hoy he querido hacer un
ejercicio muy sencillo sobre los mensajes que he recibido sobre la
Navidad y confieso que después de varios intentos he fracasado. Este
virus de “los buenos deseos” casi empieza a propagarse con el
final del verano y no hay manera de curar sus secuelas hasta que, de
golpe, nos encontramos con la cartera vacía, unos kilos de más y
una resaca que dura hasta el final de enero. Pero bueno, aunque no sé
si es políticamente correcto reconocerlo, tengo que decir que me
hace mucha ilusión que la gente esté animada, salga a la calle para
demostrarlo y comparta con los demás su alegría y buenas
intenciones, como un viejo rescoldo de nuestro pasado humano.
Brindo, dijo un lenguaraz,
por moros y por cristianos,
yo brindo por lo que venga
la cosa es brindar por algo
Nicanor Parra
lunes, 30 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
Para reflexionar
Desde hace algún tiempo me
rondaba la idea de volver a abrir este blog. Motivos nunca han faltado. Cuando
lo cerré pensaba que me estaba desviando hacia una permanente crítica que me
producía malestar y no me aportaba ni una pizca de bienestar. Han pasado unos
meses y, la verdad, durante este tiempo el malestar ha seguido creciendo, por
lo que entiendo que la causa no estaba en mis comentarios, sino en quienes los
provocaban.
Lo cierto es que, al margen de otras razones, dos han sido los motivos que me han hecho volver en estos
momentos: por un lado el vídeo que me envió una amiga al que acompañaba el
comentario “para reflexionar”. No sé qué me pasó por la cabeza, pero
inmediatamente pensé en lo bien que le viene a los ladrones de ilusiones que
sigamos reflexionando, en casa, eso sí, y sin hacer ruido. Llevamos tanto tiempo
reflexionando que no llegamos a entender que si no ponemos en práctica la
teoría llegaremos a ser tan sabios como inútiles. Nos creemos filósofos,
pensando que el producto de nuestros pensamientos cambiará el mundo, cuando en
realidad somos esclavos de una pasividad y un conformismo que justificamos con
nuestras grandes e inútiles reflexiones de barra y café.
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