viernes, 25 de febrero de 2011

Cómo hemos cambiado

¡Qué imágenes, por favor! Cómo se habrán reído algunos con esa puesta en escena que nos regaló ese grupo de descerebrados que intentó el golpe de Estado aquel 23 de febrero de 1981. Y al decir “algunos” me refiero a los que no vivieron el momento, ya sea porque no habían nacido o porque su escasa edad no les permitió ser conscientes de lo que estaba pasando. El resto, los que tenían edad suficiente, sufrieron, sufrimos, porque sabíamos de la calaña de los cachorros del dictador, nostálgicos que no supieron ver la realidad de una sociedad que avanzaba demasiado rápido para ellos y quería salir de las tinieblas.

Pero ahora, cuando han pasado apenas treinta años, ya casi nadie se reconoce en aquellas imágenes, el cambio ha sido abismal, el salto ha sido impresionante, mejorando todo de una manera espectacular, incluso esa guardia civil, entonces tan temida como odiada, anclada en el pasado, sin formación ni medios, tan patética cuando vemos las imágenes de aquel nefasto día. Pero tal vez no todo haya mejorado y, sin rascar mucho, podamos ponernos de acuerdo en considerar algunas cosas que han empeorado, como nuestra edad, porque somos más viejos, o nuestros políticos, que como no podía ser de otra manera se han ido adaptando a la sociedad y al momento en que les ha tocado vivir, son un reflejo de “lo que hay”.
Pero en esta ocasión no quiero criticar a los políticos, tiempo habrá para ello, sino romper una lanza en su favor, porque estoy seguro de que algo habrán tenido que ver en los progresos realizados a lo largo de estos años. Si, es verdad, la sociedad empujó con esfuerzo, ilusión y ganas pero, no nos engañemos, hace muchos años que esa misma sociedad dejó de empujar y duerme en un letargo que empieza a ser preocupante. Por eso, porque nuestros políticos son los culpables de tantas cosas, también quiero reconocerles la “culpa” de habernos sacado de aquella España tan oscura y alejada del mundo que nos rodeaba. Sin duda su trabajo es ingrato porque en el sueldo va el aguantar las críticas (que no todos vamos a pensar lo mismo), pero también es muy gratificante cuando se trabaja en favor de los demás, aportando cada uno su grano de arena, con honestidad y valentía, tal y como supieron hacer muchos en su momento y cada día. Brindo por ellos.

Ahora sólo falta que nos despertemos de ese sueño de Morfeo en el que nos hemos instalado y seamos capaces de recuperar la ilusión y las ganas de seguir avanzando para dejar un mundo cada vez más humano y mejor. Y cuanto antes despertemos y tomemos las riendas de nuestro destino, antes podremos recuperar lo que ya hemos empezado a perder.

1 comentario:

  1. Me atreveré a comentar con una cita de uno de los grandes:

    "Esperaba oír un eco, y solo recibí aplausos."
    - F. Nietzsche.

    Y si hay que brindar, que sea en buena compañía:
    http://www.youtube.com/watch?v=3r0JebS0L_I

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