Lo que sigue a continuación es un poema que reencontré hace unos días y que su autor, Jesús Munárriz, escribió hace veinte años en su libro "De lo real y su análisis" (Editorial Hiperión). Al leerlo me ha entrado la duda de si el poeta se adelantó a su tiempo o los políticos no son capaces de salir de su burbuja.
Los nuestros
En aquel tiempo en que soñar futuros
nos compensaba de un presente terco,
imaginábamos que alguna vez
un día
"los nuestros" llegarían al poder.
Hoy el presente es terco
de otro modo
y soñar sigue siendo un lujo para pobres
sin futuro, pero algo,
al menos algo en limpio hemos sacado
de estos años cambiantes:
que sean quienes sean
los que vayan pasando,
si están en el poder, nunca serán
los nuestros.*
* O que nos lo demuestren. (Nota del autor optimista)
Brindo, dijo un lenguaraz,
por moros y por cristianos,
yo brindo por lo que venga
la cosa es brindar por algo
Nicanor Parra
jueves, 29 de mayo de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
Elecciones al Parlamento Europeo
Tres días, nada más que tres días
faltan para las elecciones al Parlamento Europeo. Serán unos
comicios descafeinados porque a la gente no le interesa europa, y
mucho menos sus diputados. Nadie nos ha explicado qué es y qué hace
el Parlamento, qué hacen sus 750 europarlamentarios, con sus
asistentes, con sus oficinas de apoyo, con sus miles de personas
trabajando en sus diferentes organismos; nadie nos dice que algunos
elegidos cobran todos los meses pero solo van a Bruselas de turismo,
o que PP y PSOE coinciden en el voto en más del 80% de las
ocasiones, aunque luego culpen a al otro. Nadie nos ha contado cuál ha sido el papel de este
gigantesco monstruo durante esta crisis, más allá de aprobar
algunas normas que otros le han propuesto. Y casi lo agradezco, porque hay
cosas de las que es preferible no enterarse.
Dentro de tres días, seis de cada diez
personas con derecho a voto se quedarán en su casa, no votarán
porque europa y su parlamento no les interesa. Es la manera que
tienen algunos de castigar a esta clase política asentada en sus
privilegios. Es la manera que tienen esos mismos de afianzar en sus puestos a los que, con su acción o silencio, nos han llevado hasta aquí. Si queremos cambiar algo, la abstención
no es una alternativa, y a las pruebas me remito: en las pasadas
elecciones al Parlamento Europeo hubo una abstención del 54%,
¿sirvió para algo? NO, nada mejoró y los que estaban siguen en su sitio. El cambio solo pasa por las urnas o por la
revolución, y a mí me da mucha pereza echarme el monte, iré a votar
Suscribirse a:
Entradas (Atom)