domingo, 29 de abril de 2018

Yo, cazador

En la calle había animales, muchos animales. Como soy cazador, he subido a casa, he cogido un rifle y he matado a uno, luego a otro y a otro, he matado a la manada entera. Sus jaleadores, también animales y tan peligrosos como ellos, han podido huir sin un rasguño. Con el ruido de los disparos, han empezaron a acercarse curiosos que, entre sorprendidos y satisfechos, me han felicitado por haber acabado con una manada que empezaba atemorizaba a la gente de bien de los lugares por los que pasaba. Antes habían sido capturados, pero no tardaron en salir de su encierro. Yo me sentía feliz por haber acabado con esos animales.
 
Me he despertado sudando, con miedo por lo que puedo llegar a hacer aunque solo sea en sueños. Yo no soy cazador, ni tengo armas, y nunca podría matar a la manada de mis sueños aunque sean los animales más rastreros y repugnantes del planeta. Lo que no podré evitar es seguir soñando, aunque al despertar me dé miedo de mi mismo.